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“¿Qué debo hacer para ser salvo?"Desde que tenemos al Vicario de Cristo en la tierra, el Papa Pío XIII, ahora la pregunta es: “¿Qué debo hacer para ser (y permanecer) Católico?" Hasta la muerte del Papa Pío XII y la aparición del Ecumenismo y del sincretismo en este mundo, la anterior pregunta nunca se dijo. ¿Por qué? Porque los hombres sabían la respuesta a esa pregunta de la práctica de casi todo hombre sobre la tierra. Todos los Católicos pertenecían a una parroquia, y esta era, por ley, donde ellos vivían, ya sea si les gustaban otras parroquias o no. Cuando un Católico estaba listo para convertirse, era recibido en una parroquia Católica donde él vivía. No existía tal cosa como la de "vivir una vida Católica a solas." Podías decir con buen grado de seguridad, que no había una sola persona en el mundo que pensara ser Católica sin que, como todo los Católicos del orbe, perteneciera a una parroquia. Ellos sabían muy bien que estaban bajo el pastor, el obispo de la diócesis y, finalmente, el Papa. No se hacían preguntas al respecto. Después de la muerte del Papa Pío XII, una bomba atómica espiritual explotó en las mentes de la gente. Al mismo tiempo, todos los fieles descubrieron que sus parroquias ya no eran Católicas, e instintivamente buscaron por una que sí lo fuera. Cuando encontraron que no habían parroquias en el mundo, simplemente se aferraron a su fe y permanecieron en sus casas. Eso fue un gran escándalo para los hijos que iban creciendo. Les pareció como si eso (el ser buenos Católcios en casa) era en verdad ser Católico, cuando en realidad sólo era una espera hasta que volvieran las verdaderas parroquias. La ParroquiaAl tiempo que esto se escribe (Noviembre 24, 1998), sólo existe una parroquia en la tierra, y también sólo un pastor. El recién electo Papa, Pío XIII, tiene a todo el mundo como su parroquia, y él es el único pastor. Todos los que sepan de esta elección están obligados por Dios, a unirse y a permanecer en ella hasta que el Papa divida al mundo en diócesis bajo Obispos que, a su vez, están divididos en parroquias. Es la Iglesia la que le dice a los individuos si son Católicos o no. Los paganos, apóstatas, herejes, cismáticos y todos aquellos que estén expulsados de la Iglesia por sus leyes o por superiores competentes, son todos no Católcios, no importa qué tan santas puedan parecer sus vidas. Es por medio de la sujeción al órden jurídico de la Iglesia, que uno se convierte en Católico.Surge la pregunta: "¿Cómo puedo hoy unirme al Papa?" Excepto por el problema de la distancia, el método nunca cambia. Las ovejas deben conocer a su pastor, y el pastor debe conocer a sus ovejas. Todos los que tienen posesión de esta carta, tiene la dirección del Papa. Pueden escribirle, y él reconocerá a aquellos con la fe Católica y leal sumisión a él, como Vicario de Cristo. La Encíclica de manoEn la Iglesia primitiva, esto es, cuando los Católicos eran pocos y vivían lejos entre ellos, los pastores dieron una carta de credibilidad a sus súbditos, especialmente cuando tenían que viajar a lugares lejanos. Un pastor daría un pequeño documento con el nombre del Católico, y el suyo mismo, y de la parroquia bajo una diócesis, la cual estaba bajo el Papa. Generalmente el pastor escribiría algunos artículos de fe en el documento, y gradualmente se llegó a conocer como una Encíclica. El Papa Pío XIII ha desarrollado una "Encíclica de mano" que dará a todos los Católicos adultos que conozca. En cuanto haya divisiones de áreas en el mundo, los obispos y pastores locales tendrán el cargo de manejar este asunto.No hay ningún problema serio en que dé la "Encíclica de mano" a aquellos que él ya conoce y sirve. Para que las personas no conocidas obtengan la "Encíclica de mano," tendrán que se ayudados por Católicos bien conocidos en el área. Las marcas de un Católico son:
DE LA OFICINA PAPAL
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